Relato: Tres en la mente de él.

Llegué a casa y no me esperaba que viviría una experiencia tan excitante.

Tal como le había insistido muchas veces, esa noche estaba dispuesta a satisfacer y complacer mi fantasia, pero no exactamente como yo esperaba, ¿o si?


Estaba vestida tal como a mi me excitaba más. Con un conjunto de lencería muy sexy, donde se marcaban sus pechos, un tanga donde su culo marcaba la perfección, unas medias muy sexys y unos zapatos de tacón alto negros muy excitantes.


Siempre he sido muy fetichista con ciertas cosas, y sin duda, los zapatos de tacón altos son unos de ellos.


Me ordenó que me acercara a ella, y me sentara en la butaca. Encima de la mesa pude observar varios de nuestros juguetes sexuales. Cogió la venda negra para los ojos, y me la puso quitándome toda luz de mis ojos.


A continuación me ordenó que me sacara los pantalones y los calzoncillos.

Queria tener mi verga a la vista
.Me ordenó que me quedara inmovil en la butaca:

– No te muevas pase lo que pase !, y disfruta de tu fantasía !!!.


Me dio un dulce beso en los labios y escuché como se alejó y me dejó solo durante unos instantes que se me hicieron eternos.


Por mi mente empezaron a pasar imágenes de todo tipo. Estaba nervioso.No estaba seguro de lo que iba a suceder.Al cabo de unos minutos así a la espera, mi sexo se había relajado.


Escuché como la puerta de casa se abría, y mi mujer decía:


– Pasa, te estaba esperando.


Por mi mente me venía la idea de sacarme la venda, pero, tal como había aceptado, no lo hice.Escuché pasos de mi mujer, y ya no estoy seguro si de alguien más,porque mi imaginación funcionaba al máximo (y la mente es capaz de muchas cosas).


Se acercó, y oí como se sentaba en el sofá al lado de mi butaca.


– No seas tímido . Eres muy atractivo. No hables. ¿te gusta mi cuerpo?.


Le Preguntó a alguien que claramente no era a mi.


– mmmmm. Ya veo que si.– No te preocupes por mi marido. Estará muy quieto y calladito.
– A él le gusta que su mujer sea feliz, dijo claramente mirándome.


No veía nada pero lo pude intuir por su voz que me venía directamente a mi..


– Si, tocame las tetas. ¿te gustan? Mmmmm. Si. Toma. Chupalas.– mmmm. Si, sabes chupar muy bien. Me has puesto los pezones duros. ¿los notas?


Por mi mente pasaban mil imágenes. 

Estaba nervioso y excitado a la vez.Esa sensación me recordó las primeras relaciones sexuales,donde tienes un nerviosismo extra, que luego, se atenua con los años.

Veía (en mi mente) a mi esposa con sus tetas al aire y sus pezonessalidos al aire. Se notaba mi excitación porque mi verga estaba muy duray me empecé a tocar.


– Si, (escuché) , a mi marido le excita que su mujer excite a otros hombres. ¿ no lo ves?– Le gusta verme con otras pollas. Por cierto, aún no he visto la tuya,pero noto un bulto en los pantalones.– mmmm. ¿Qué hay aqui? Déjame que te baje estos pantalones, y los calzoncillos.– Espera, que me pongo de rodillas delante tuyo, para verlo mejor.


Pasaron unos segundos donde yo me imaginaba la escena.


– ¿Qué, marido mio? ¿Te excita verme asi?


Respondí un si tímido, pero mi sexo demostraba claramente la respuesta.


– pues mira bien. Voy a chupar esta polla hasta el fondo.– Mmmmm, mmmmmmm, mmmmmmmmm, mmmmmmmmmm.


En mi mente era real. Estaba viendo y escuchando sonidos de como mi mujer estaba de rodillas chupando otra polla.Así estuvo un tiempo que se me hizo eterno.


– Deja que bese a mi marido. Que note el sabor de mi boca.


Note que los labios de mi mujer se juntaban con los mios. Estaban mojados.Nos dimos un beso muy apasionado. Mientras nos besábamos, me preguntaba cosas como:


– ¿Te excita verme con otra polla? ¿notas como me sabe?


Mientras me decía cosas de este estilo, me interrumpió para decir…


– Uy, espera, que me quiere follar por detrás mientras nos besamos.


Ya no sé si era mi imaginación, era real, o ella lo hacía muy bien,pero mientras nos besábamos, notaba las embestidas con un empujón de ella sobre mi.


Me decía…


– Mmmmm, me esta follando, que gusto!. Que polla mas dura. Métemela toda.– Tócame las tetas, mientras él me folla.


Sus tetas son una delicia. Y sus pezones demostraban la excitación que tenía.Estuvimos unos instantes así, hasta que me ordenó…


– Túmbate en el suelo cara arriba.


Así lo hice. Entonces escuché como decía:


– Ahora me voy a sentar con mi coño húmedo en tu boca,para que me hagas correr de gusto.– Quiero que chupes lo que hasta ahora estaba lleno de polla.– Y tú, ponte delante mío y fóllame la boca. 


Ordenó al invitado de mi mente. 

Ese vocabulario me volvía loco. Estaba desinhibida y muy excitada. Se notaba y me lo hacía disfrutar a mi.

Pude saborear aquel maravilloso coño humedecido que me puso en la boca.Con mi lengua le daba todo el placer que podía en su punto mágico,mientras ella gemía de gusto, y de vez en tanto soltaba …


– Qué polla más buena y dura. Fóllame la boca. Mi boca es para chupar pollas !– Te gusta que tu mujer sea una comedora de pollas?– Mmmmm siiii.– Me comeré todas las pollas que me apetezcan. Tendrás que vivir con eso. ¿Te gusta?– Mmmmmm. Lo que tu quieras, mi amor.


Estaba tan excitado que diría que si a cualquier cosa.


No pude aguantar mucho más, así que me corrí tal como estaba.Tumbado boca arriba con su coño en mi boca mientras le provocaba un orgasmo a ella simultáneo. La primera vez que ella se corría en mi boca.


No me sacó la venda. Mientras se tumbaba a mi lado, me preguntó si me había gustado.Le respondí que mucho.


Dicho esto me puso un dedo mojado de leche en mi boca.


– Toma, para que aprendas. Me encanta estar llena de leche. Saboreala como yo. Y quizás, algún dia, deje que te llenen la boca a ti.




Fuente del Relato:Fantasiasconella.blogspot.com


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