Hoy os quiero hablar del comportamiento femenino, de por qué las mujeres parecemos tan complicadas a los ojos de los hombres y de por qué somos más viscerales y emocionales que ellos. Aclarar de antemano que no todas las mujeres son iguales, que cada una es un mundo maravilloso por descubrir pero que hay ciertas pautas que cumplimos la mayoría.
Comentar que esto no va a ir de por qué las mujeres no aguantan el fútbol o que nos encante ir de compras. Hoy comentaré los rasgos más generales del comportamiento de una mujer y cómo los hombres, por muy impotentes que se sientan, nos pueden ayudar.
Por mucho que digan, biológicamente, cerebralmente y emocionalmente, los hombres y las mujeres somos diferentes. Usamos mecanismos y procesos cerebrales distintos, por lo que es normal que la manera de pensar y razonar sea diferente.
La mujer es una persona altamente emocional, para ella, dar y recibir amor es primordial en su bienestar. Un abrazo, un beso o una caricia puede transformar un día horrible en un día satisfactorio. Las mujeres expresan sus emociones y sentimientos hablando, necesitan charlar de ello y sentirse seguras, sentir que la persona que la está escuchando se preocupa de lo que le cuenta y le presta atención. Imaginemos la siguiente situación:
-Hoy estoy muy cansada, todo lo he tenido que hacer yo y nadie me ha ayudado. Me siento sola.
Si el interlocutor es una mujer, rápidamente sabrá que lo que necesita su hermana, amiga, madre, etc. es apoyo y comprensión. Pero si el interlocutor es un hombre, sentirá que le está echando las culpas a él, que no la ayuda lo suficiente y que es culpa suya por no apoyarla más. Esto hará que el hombre se sienta inútil y culpable, lo que supondrá un enfado. Pero no es así. Lo que la mujer necesita oír es esto:
-Es normal que estés cansada, has estado todo el día para arriba y para abajo. Hoy necesitas descansar un poco, ¿qué te parece si te hago un masaje o friego yo los platos? No estás sola, a mí me gusta ayudarte y apoyarte.
Son palabras bastantes fáciles, ¿verdad? Cuando una mujer recibe esta respuesta de su pareja, se siente amada, segura y satisfecha. Y unas palabras amables gustan a todo el mundo.
Las mujeres son personas muy intuitivas y saben cuándo una persona está mal. En un grupo de mujeres es común ver que si una está algo taciturna, las demás se darán cuenta en poco tiempo. Le preguntarán que le pasa y que si está bien. Y no es por cotilleo. La mujer que esté mal se lo contará porque para una mujer contar con apoyo es primordial. Las demás la escucharán y se interesarán por lo que está contando. Finalmente, le darán consejos o el típico “si yo estuviera en tu lugar…” que no es más que demostrar el cariño que sienten hacia esa persona, que se preocupan por su problema, que quieran ayudarla y no es por controlarla. Y la persona que está mal agradece esta atención y estos consejos, porque nota que sus amigas se comprometen con ella.
Si un hombre le dice a una mujer : “Te preocupas en exceso” ella se sentirá desmotivada, rechazada y anulada. Porque para una mujer preocuparse es sinónimo de querer, de amar y ayudar a la otra persona. Si en vez de esa frase se usase: “Creo que tienes mucho peso encima y eso puede estresarte. No te preocupes tanto, no cargas con esto tú sola, yo estoy contigo”, la mujer sentirá que todo ese amor y afecto que da sirve para algo y se sentirá realizada. Para la mujer es muy importante que se la valore, sobre todo su pareja.
¿Y qué pasa con los cambios de humor? ¿Por qué las mujeres generalmente tenemos cambios de humor bruscos? Estos cambios no se producen por arte de magia, siempre hay un comentario, un gesto, un detalle que nos hace decaer. La mujer es como una ola: si se siente querida estará en la cima, pero si se siente rechazada y humillada, bajará hasta el fondo del mar. Pero ella volverá a subir, porque no puede permitirse estar en el fondo. La mujer es una persona fuerte y decidida, aunque necesite mucho amor y atención, si no lo recibe, ella sola saldrá de ese pozo, pero no con la sonrisa y la amabilidad que suele demostrar. En el momento en que la mujer está con la autoestima alta (en la cima de la ola) dará mucho amor y cariño. Pero cuando la ola decae, ahí es cuando la mujer necesita que la abracen y que la besen. ¿Por qué? Porque ella siente que no hace más que dar y dar, y nunca recibe. Cuando la ola decae, estos sentimientos afloran y se siente estúpida por ser la persona que da siempre y que nunca recibe. Y por eso la ola cae. Cuando está en el fondo, con sus sentimientos negativos y pesimistas, si se siente querida y apoyada, volverá a subir bruscamente.
Esto es un mecanismo natural de la mujer que el hombre siempre intenta “arreglar”. Al no entender la ola, el hombre cree que la mujer tiene un problema y él intenta solucionarlo, cuando ella lo único que necesita es amor. Nada más. Si el hombre cuando escucha a la mujer en este estado, le dice lo que tiene que hacer, ella no se sentirá para nada escuchada, porque ella lo que busca no es una solución, es un abrazo de corazón.
Los hombres creen que las mujeres les necesitan para todo, pero no es así. La mujer con sentirse querida, apoyada y comprendida puede con todo. El problema es que los hombres por no saber las razones del comportamiento femenino, no saben qué es lo que tienen que hacer o a ellos dar tanto amor y muestras de cariño “no les sale”.
Decir que no todas las mujeres tienen que ser así y que hay hombres que se puedan sentir identificados con lo que he escrito. No tiene nada de malo. Al igual que hay mujeres que se pueden sentir identificadas con el comportamiento masculino, no hay por qué preocuparse.
Decir que la metáfora de la ola se ha sacado del libro de Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, de John Gray, que por cierto, recomiendo leer, tanto a los hombres como a nosotras.
Hasta la próxima.
Buena tarde Alicia, sin duda muy úti saber todo esto, ¿qué hombre además de someterse a los deseos de esa Mujer especial, no desea ver feliz a su Reina?, sin duda algo para aplicar a futuro. Que tengas excelente semana.
Atte. Alberto.
Ésto es de suma importancia para nosotros aquellos que realmente amen a su mujer deben comenzar por aquí