Carlos estaba fuera de la ciudad por trabajo y yo estaba particularmente caliente. Me encontraba tomando una cerveza en un bar de la otra parte de la ciudad, donde trabajo, donde en su mayoría son personas más jóvenes y chicos guapos. Estaba con la intención picar alguna cosa y tomar una cerveza para ver un partido de fútbol de mi equipo favorito. Sí. soy muy fan y normalmente vamos al campo con mi marido cada dos semanas a ver los partidos. Ese miércoles mi equipo jugaba fuera y no podía ver el partido en casa.
Carlos y yo hacía tiempo que habíamos hablado de que yo me sintiera libre de tener sexo con total libertad. Lo habíamos hablado mucho, y lo habíamos disfrutado en la cama entre nosotros, pero aún no se había dado el caso real. De hecho, en mi cabeza no entraba la idea de hacerlo real, pero la sensación de poder tener esa libertad me gustaba y excitaba.
No pasó mucho rato antes de que un joven de 30 años se me acercara, comentara sobre el partido y me preguntó si podía sentarse en mi mesa para ver el partido. El bar estaba lleno. Se sentó y entablamos una conversación rápida. Entre las cervezas y mi calentura, sabía que tenía una oportunidad real. Deseaba jugar un poco, sin pensar en llevar a cabo nada. Seguía pensando en Carlos y su completa confianza en mí.
Quería compartir esta experiencia con él, NO excluirlo. Así que mientras estaba hablando con el joven, y medio viendo el partido, le comenté por el móvil a Carlos la situación. Al principio me dijo que él estaba también en un Bar viendo el partido. Le expliqué que estaba con un joven en mi mesa.
Carlos rápidamente empezó a enviarme mensajes de caras traviesas y corazones. Medio sin enseñar mucho la pantalla, le iba respondiendo. En una de esas, Carlos me preguntó si iba a salir a tomar una copa con mi acompañante. Quizás le respondí. Adelante me dijo. En ese momento mi acompañante me preguntó si me interesaba el partido porque veía que estaba mas pendiente del móvil que del partido. Le dije que mi marido estaba fuera de viaje y estábamos hablando. Puso cara de sorpresa, y me exclamó directamente.
– Perdona. No sabia que estabas casada.
– Le dije en broma. No te preocupes. Mi marido no es celoso.
Mi acompañante sonrió pícaramente, pero se quedó callado.
Os voy a resumir el cuento. Aquella noche fue la primera que dormí fuera de casa. El chico vivía en un apartamento mini pero muy cuqui. Por la mañana me llamó mi marido cuando estaba trabajando y hablamos largo y tendido. Yo estaba salida emocionalmente. La experiencia con mi acompañante que fue muy bueno en el juego sexual, me subió la autoestima. Me sentí deseada por alguien bastante más joven, y eso me encendió. Nos encendió, porque mi marido no paraba de preguntarme detalles. Le dije que el fin de semana se lo explicaría con pelos y señales.
Fue mi primera vez. Con el chico repetí muchas veces, porque era muy agradable y experimentado para lo joven que es. Ahora tiene novia, y los contactos con el se han acabado. Algún día os cuento algún otro contacto. Mi marido y el no se han conocido personalmente.
Elsa.
Maravillosa experiencia. Mi mujer y yo vivimos una similar pero a diferencia ella no se quedo a dormir con el. Volvió a casa y estuvimos toda la noche chateando. Y claro, yo con una excitacion horrible.
Por cierto. Gracias por habilitar los comentarios anonimos.