MIentras yo dormía.

Ese día Cristina había tenido una de esas comidas de antiguas alumnas del colegio donde estudio. La cita era para comer, pero a primera hora de la noche Cristina me llamo que tardaría en volver por que estaba tomando una copa con alguna de sus compañeras.

Cristina llego a casa al amanecer, oí la puerta del garaje y el sonido del coche al entrar. Minutos después, sentí se acostaba junto a mi. Se abrazo a mi, sentí sus pechos desnudos en mi espalda. Cristina me acaricio el pecho, bajo su mano hasta mi pene y comenzó a acariciarlo. Pensé que quería guerra, intente girarme.
–     Ssssssssssss, quieto, me ha pasado una cosa. ¿quieres que te la cuente?
–     Si, por supuesto, respondí.
–     Me he enrollado con un chico.
–     ¿Cómo?, dije intentando revolverme.
–     Sssssssssssssssss, repitió mientras me acariciaba el pene.
–     ¿Quieres que te lo cuente o me doy la vuelta y me duermo?.
–     Cuéntamelo, respondí, con una extraña sensación de rabia y excitación.

“Conocí a un chico muy interesante en un Pub justo cuando volvía de llamarte, charle unos minutos con el, tenia algo que me atraía, me invito a una copa, no acepte la invitación, porque estaba con mis amigas. Minutos después todas empezaron a irse, unas que tenían niños, otras que llevaban todo el día por ahí…… Al final todas nos íbamos.”

Cristina continuaba acariciándome mientras me relataba su historia. “al vernos salir, el chico salio a nuestro encuentro,
–     ¿Ya te vas no te tomas la ultima con nosotros? somos inofensivos, me susurro.
–     Dame 5 minutos que me despido, le conteste yo.

La noche fue pasando un rato después el me propuso ir a un sitio mas tranquilos los dos solos. Acepte, no se que tenia ese chico que me atraía un montón. Pedimos una copa en otro local allí empezamos a jugar, miradas, susurros, besos, caricias…yo me estaba poniendo muy caliente.”

Lo que Cristina me contaba me excitaba, la ira había desaparecido y la excitación aumentaba. Ella continuaba acariciando mi ya durísimo pene.
–   “salimos del local nos montamos en su coche, sin saber muy bien a donde nos dirigíamos, en los semáforos nos besábamos, el con su mano libre acariciaba mis muslos entre cambio y cambio de marcha, yo le acareaba el pelo. Llegamos a un parking, cerca de un pinar, muy oscuro, perfecto, se veía el reflejo de más coches en la distancia. Comenzamos a besarnos, a acariciarnos a meternos mano, pasamos al asiento trasero, yo esta sentada sobre el con mi vestido recogido en la cintura, sin sostén, sintiendo entre mi cullote y sus pantalones un durísimo bulto. El sin camisa. Me senté junto a el, desabotone sus pantalones, metí mi mano entre sus boxer, no me costo nada sacar un buen y duro pene de su escondite. Me ayudo a deshacerme de mi vestido, y yo a el le ayude a deshacerse de sus pantalones.

Lo que Cristina me contaba cada vez me excitaba mas, de vez en cuando interrumpía su relato y besuqueaba el cuello o jugueteaba con mi oreja. “seguimos besándonos, tan pronto estaba besando mi boca como se inclinaba sobre mis pechos. Empecé a besarle el cuello, el pecho, los abdominales, descendí por su cuerpo hasta su polla. Una verga hermosa, sin prepucio, con el glande colorado, y sabroso. Me incline sobre el, jugué con mis labios sobre su glande, después con mi lengua. Luego me dedique a cometerlo entero. Estuvimos un minuto así, hasta que nos acomodamos definitivamente, el apoyo su espalda en uno de los laterales y yo me coloque a cuatro patas sobre el asiento. Se la chupaba mientras le pajeaba, el con sus manos acariciaba mis pechos, mi sexo, mi culo. Retiro mi mano para que solo usase mi boca, acepte. Me retire y comencé a jugar con mis pechos sobre su durísima polla. Nos besamos. El tomo mi cabeza con sus manos y me llevo de nuevo a su pene, El tomo el ritmo, el jugaba conmigo con sus manos y sus caderas. Yo con mi boca, mi lengua, mis labios intentaba darle todo el placer que podía. Escuchaba sus gemidos, sus suspiros, eso me excitaba aun mas. Tenía esa polla durísima en mi boca, sus suspiros aumentaron, sus gemidos, el movimiento de sus caderas. Continúe chapándosela, ahora de nuevo me ayudaba de mi mano. Me apretó fuerte contra el, su polla entro casi entera en mi boca, intente retirarme, ya era tarde una décima de segundo después sentí como el primero de sus chorros de leche llegaba hasta mi garganta. Era caliente, con un sabor especial, me gustaba. Retiro sus manos dejándome libre, fui yo la que continúo chupandosela hasta que termino totalmente. Me incorpore, nos besamos. Nos besamos unos minutos, el parecía exhausto y yo estaba cachondísima. Movía mis caderas buscando el roce de mi sexo contra su muslo.

–    ¿ Qué te parece si nos vamos a un sitio mas cómodos?, me propuso.
Con lo excitada que estaba acepte, al instante.” La historia que Cristina me contaba cada vez me excitaba mas, cuando podía la besaba, ella seguía con el suave masaje sobre mi durísima polla. “Me puse el vestido, el se vistió completamente y comenzó a conducir, de nuevo nos adentramos en la ciudad. Poco después llegamos a un piso del centro. Aparcamos en el garaje. En el ascensor me tomo por la cintura y comenzamos a besarnos. Al salir del ascensor ya llevaba las tetas fuera del vestido. Entramos en su casa. Al entrar me tomo por la cintura, me llevo contra una pared. Comenzó a besarme el cuello, su mano se abrió paso entre mis piernas, acaricio mi sexo ligeramente, aparto mis bragas, empapadas por la excitación, dejando mi sexo más o menos libre, mis pechos rozaban contra la pared. Sentí como se deshacía de sus pantalones. Oí como rompía un paquete. Imaginé que estaba abriendo un condón. Unos segundos después su polla rozaba ya mi sexo buscando una entrada, me acomode para recibirla, la deseaba. Me la metió suave, pero hasta el fondo, hasta casi ponerme de puntillas. Yo, gemí, suspire, casi me corro en ese momento. Comenzó un suave moviendo de caderas mientras sus dedos trabajaban sobre mi clítoris. Mientras besaba mi cuello podía escuchar su excitada respiración. No se el tiempo que pasamos así pero fue una delicia.

–     Vamos a mi cama, estaremos más cómodos; susurro a mi oído.
Me tomo de la mano y me codujo a su habitación. En un lateral de la cama nos besamos, el me agarro fuerte por mis nalgas y me apretaba contra el, sentía su pene rozando contra mi vientre. Me senté en la cama, aquel pedazo delicioso de carne quedo a la altura de mi boca. Lo tome y juguetee con el uno segundos en mi boca con el, enseguida el me tumbo en la cama. Arrodillado frente a mí, levanto mis piernas sobre la cama, apoyando mis pies en el borde del colchón. Yo le miraba, el con ambas manos recorría el interior de mis muslos. Llego a mi sexo, completamente abierto, comenzó a acariciarlo, acariciaba mi clítoris mis labios, introdujo dos de sus dedos. Me agarro por mis caderas y me atrajo hacia su boca. Mi sexo quedo pegado a su boca, estaba apunto de volverme loca. Sus labios presionaban mi clítoris, su lengua jugaba con la entrada de mi sexo. Sus manos jugaban con mis pechos, acariciaban mis pezones, los pinzaban suavemente. Introdujo un par de dedos en mi sexo, los movía con suavidad y sabiduría. Llevo ambos dedos y los llevo a mi boca, me encanta el sabor de mi sexo. Repetimos varias veces. Estalle, cuando sus labios devoran mi sexo, un dedo trabajaba sobre mi vagina y otro empezó a trabajarse la entrada de mi culito. No aguante mas, mis gemidos, mis suspiros, mis gritos, el calenton de toda la noche exploto en ese momento. El poco a poco se retiro, yo estaba rendida. Subía recorriendo mi cuerpo con sus besos. Llego hasta mi boca, nos besamos. De nuevo me penetro, no le costo nada, mi sexo estaba deseoso de recibirle. Apreté sus nalgas contra mí. Empezamos un suave movimiento. Me lo estaba haciendo de una forma maravillosa. Nos giramos uno sobre el otro. Yo quede sobre el, seguí con esa suave danza mientras jugaba con mis tetas.”

Cristina seguía pajeandome, cada vez más rápido

“Yo me movía sobre el, despacio y profundo. Mi ritmo fue en aumento, cada vez más rápido y mas profundo, no había descanso. Minutos después llego otro orgasmo, con todo su pene dentro de mi, buscando que el roce de su cuerpo contra mi sexo. Yo apretaba todo lo que podía, clavaba mis uñas en su pecho. Su cara reflejaba, placer, excitación y una sonrisa de que sabia que estaba haciendo las cosas bien. Caí rendida sobre su pecho, me beso, acaricio mi espalda. Nos giramos, le tenia encima, sus suspiros, sus soplidos, la fuerza de sus embestidas. El también estaba apunto de terminar. Saco su polla, y un segundo después, vi como un chorro de semen impactaba contra mi vientre, otro y otro mas cada vez con menos fuerza pero seguían saliendo. El se masturbo sobre mí hasta que terminó, yo le miraba y jugueteaba con su semen sobre mi vientre. Se tumbo junto a mí, charlamos un rato. Me duche, me despedí de el y vine enseguida a contártelo.”

En el momento en que Cristina finalizo su relato se abalanzo sobre mi polla. No la costo mucho que me corriera con lo caliente que me había puesto. Dejo mi pene limpio, completamente limpio. Se acostó a mi lado.

–    Te amo, le dije.

Quedamos dormidos abrazados.

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